UNIDAD DOS. EL COMERCIO INTERNACIONAL Y SUS TEORÍAS
LAS TEORÍAS DEL COMERCIO INTERNACIONAL
LAS TEORÍAS DEL COMERCIO INTERNACIONAL
LA VENTAJA ABSOLUTA Y LA VENTAJA COMPARATIVA.
Las teorías del comercio internacional intentan explicar por
qué los países comercian entre sí, qué tipo de bienes intercambian y a qué
precio. A continuación vamos a resumir brevemente las principales teorías y su
adecuación a la economía actual.
A finales del siglo XVIII, Adam Smith, en su obra La riqueza
de las naciones, formuló la teoría de la Ventaja Absoluta, que constituye la primera
explicación teórica del comercio internacional. De acuerdo con ella, si no
hubiera barreras comerciales cada país se especializaría en aquellos productos
en que tuviera una ventaja absoluta en relación a otros países. Al concentrar
los recursos productivos, aparecerían economías de escala y, en consecuencia,
la especialización internacional permitiría menores costes y mayor bienestar
para todos los participantes en el comercio.
Ejemplo: Si producir una unidad de alimentos cuesta 1 unidad
de trabajo en el país A y 2 unidades en el país B, y si producir una unidad de
tela cuesta 4 unidades de trabajo en el país A y 3 en el país B, entonces ambos
países pueden ganar comerciando.
Si los dos países
intercambian los dos bienes en la relación de dos unidades de alimento por una
de tela, el país A podría obtener una unidad de tela por dos de alimento en
lugar de por cuatro. Y el país B obtendría, por cada unidad de tela, dos
unidades de alimento en vez de una y media sin comerciar.
Es claro que aún hoy en día esta teoría sigue siendo válida,
ya que las industrias serán eficientes en la medida en que los factores de
producción que utilizan se puedan obtener a bajo coste.
En 1817, David Ricardo, otro economista clásico inglés, en
su obra The Principles of Political Economy and Taxation, profundiza y completa
la teoría anterior en el sentido de que, incluso si un país tiene ventaja
absoluta sobre otro en la producción de dos bienes, pueden existir ventajas en
la especialización, ya que, en términos relativos, su ventaja puede ser mayor
en un bien que en el otro. Es la teoría de la ventaja comparativa, que nos dice
que cada país deberá especializarse en aquellos bienes en cuya producción posea
una ventaja relativa mayor. Veamos la siguiente tabla como ejemplo:
Alimentos Telas
País A
1
2
País B
3
3
De este cuadro se desprende que el país A tiene ventaja
absoluta en la producción de ambos bienes. Pero los precios relativos son
diferentes y esto es lo que impulsará el comercio. Cuando no se produce
intercambio, las telas resultan relativamente más baratas en el país B, una
(3/3) unidad de alimento por cada unidad de tela, que en el país A, dos (2/1)
unidades de alimento por cada unidad de tela. Lo contrario ocurre con los
alimentos. En el país A el precio relativo es de media (½) unidad de tela por
cada unidad de alimento, mientras que en el país B el precio relativo es de una
(3/3) unidad de tela por cada unidad de alimento.
Al iniciarse el intercambio, los vendedores de alimentos en
el país B comenzarán a importar alimentos del país A, a cambio de manufacturas
del país B en las que estarán interesados los vendedores del país A al resultar
éstas relativamente más caras en este país. Para que este flujo tenga lugar es
preciso que se realice en unas condiciones que sean favorables para ambos, es
decir, a una relación de intercambio entre alimentos y telas comprendida entre
½ y 1. Dicha relación deberá ser superior a ½ para que el país A encuentre
favorable el intercambio e inferior a 1 para que también lo sea para el país B.
Con un precio relativo situado entre ambos cada uno de los países se
especializará en aquel bien que produzca con mayor eficiencia, e importará
aquellos bienes que produzca de modo menos eficiente.
La teoría de la ventaja comparativa prueba que la libertad
de comercio mejora la asignación de recursos y conduce siempre a resultados más
eficientes y, en definitiva, a un mayor grado de bienestar. En este sentido, el
declive e incluso la desaparición de algunos sectores poco competitivos como
consecuencia de la liberación de las importaciones se justifica en muchas
ocasiones por un marco económico poco favorable (inflación, niveles salariales
altos, déficit público, etc.) o incluso por una mala gestión empresarial.
Brenda Rocha
Comentarios
Publicar un comentario